Es curioso la cantidad de recursos que tiene la serranía conquense incluso para los oriundos de estas tierras. La mina romana en la población de Cueva del hierro es un ejemplo.
Aunque pueda parecer que está perdida de la mano de Dios, el hecho de estar a mitad de camino entre Beteta y Solán de Cabras y el Nacimiento del Río Cuervo, hace de la mina un lugar idóneo de parada para no estar todo el día en el coche y ver los encantos de toda la serranía.
La mina en sí esta excelentemente conservada, iluminada adecuadamente, y con una guía (Olga en nuestro caso) sobrada de conocimientos sobre la historia de este paraje.
No voy a desgranar lo que se dijo en la excursión ya que quitaría el encanto, pero las oquedades y cavidades son amplias ( solo en un lugar tuve que agacharme, y mido 1,80) e incluso en el grupo que iba con nosotros llevaba un perro que se comportó de manera ejemplar, ya que no se sintió agobiado en ningún momento.
En definitiva, muy buen lugar para visitar en la Serranía de Cuenca, y mi enhorabuena a los promotores de rehabilitar el lugar: han hecho un trabajo como Dios manda.
